MARTIN FIERRO

MARTIN FIERRO

miércoles, 5 de noviembre de 2014

SECUENCIA NARRATIVA CRONOLÓGICA DE CADA PARTE


--PRIMERA PARTE--
1. Martin Fierro se hallaba en una pulpería (bar-despensa) y decide contar su historia, pidiéndole a Dios y a los santos que lo ayudaran a refrescar su memoria y aclaren su entendimiento. El decía que no era cantor letrado, que si se ponía a cantar no iba a terminar, que hacia gemir a la prima y llorar a la bordona (Cuerdas de la viguela). Contaba que tenía mucha experiencia en la vida, y que nada enseñaba tanto como el sufrir y el llorar. 
2. Fierro va narrando su vida feliz como gaucho, pero explica que después comenzaron las desgracias. Dice que tenía hijos, vivienda y mujer; y comienza a detallar los trabajos propios de un gaucho. Vivian escapándose de las autoridades, pues esta se llevaba a los gauchos y los maltrataban sin que estos pudieran defenderse. Luego los mandaban a la frontera o los echaban a un batallón. Fierro cuenta que así empezaron sus males. 
3. Un día se encontraba en una pulpería cantando, y el Juez de Paz realizo una arriada en montón. Algunos lograron escapar, pero él no porque era manso y no había el por qué huir. Pero el juez lo odiaba a Fierro, pues este en las últimas elecciones no había ido a votar y el juez lo considero de la oposición, y lo mando a la frontera. Allí al principio no hacían nada, pero después los empezaron a tratar como malevos y los obligaron a hacer trabajos duros. Los indios entraban cuando querían, a su territorio, pero no los perseguían. Entonces les dieron armas, pero eran lanzas y otras armas primitivas, pues para las armas de fuego no tenían municiones. Una vez, los atacaron por sorpresa al salir de un malón, y un indio se le vino encima a Fierro con una lanza, pero este le tiro sus boleadoras bajándolo del caballo y matándolo. Luego se subió al caballo y se escapo al fuerte
4. Esperaron que llegara el sueldo pero no venia, y la miseria los acosaba. No tenían nada de ropa, pero a él le quedaba solo una manta de abrigo que se la saco al Comandante. Paso un año y las cosas seguían igual. Luego dieron algo de dinero, pero a él no lo llamaron a cobrar por que "no estaba" en la lista. Se disgusto Fierro, pero de esto se entero el comandante y llamo al Cabo y al Sargento, quienes después le dieron un castigo. 
5. Fierro esperaba una ocasión en que los indios entraran y hacerse el cimarrón (salvaje) y volverse para su pago. Creía que si se quedaba iba a morir. Una noche un gringo borracho no lo reconoció y le disparo a Martin Fierro, pero no le pego porque estaba mamado. Por el ruido salieron los oficiales y lo atraparon a Fierro y lo tiraron al suelo. En eso vino el Mayor y le empezó a gritar. Luego lo ataron de las manos y de las piernas; y toda la noche Fierro le estuvo haciendo maldiciones al gringo. 
6. Se reunió una militada para una expedición que iban a hacer sin carretas ni baguales (caballos), para golpear a los indios en sus mismas tolderías, y que vendría con ellos un ministro llamado Don Gansa que iba a reunir el ejército y que tenía cañones. Fierro explica que él nunca fue un gaucho dominado, que nunca se ha acobardadado. Un día que estaban reunido el Jefe y el Juez de Paz, Fierro agarro un caballo y se escapo. Volvió a su pago al cabo de tres años convertido en desertor. Cuando fue para su rancho no encontró ni el rastro de este. Después le conto un vecino que sus hijos trabajaron como peones y su mujer se fue con no sabe que gavilán, pues el campo se lo pidieron y la hacienda la vendieron para pagar arrendamientos. Fierro piensa que sus hijos están sufriendo mucho, y decide hacerse gaucho matrero ("malo”)
7. Luego Fierro comenzó a ser perseguido porque pensaban que era un vago, lo que se vio obligado a huir constantemente. Además el no tenía ni mujer, ni rancho, ni dinero, ni hijos. Un día se entero que había un baile por allí y se encontró con muchos amigos que se alegraron al verlo. Al ver llegar una morena la ofendió. El que la acompañaba había estado juntando rabia, y luego de otra ofensa de Fierro, el moreno se le vino encima pero el gaucho le pego con un porrón de ginebra. Luego el negro lo atropello y le tiro dos cuchillazos que le logro esquivar; pero Fierro le devolvió el ataque y lo hirió. Volvió a venirse furioso, el moreno, encima de Fierro pero este lo hirió nuevamente matándolo. 
8. Otro día, en un boliche, entro un gaucho guapo y peleador; y lo provoco a Martin Fierro. Este le respondió y comenzaron a luchar, pero Fierro lo mata de un revés con el facón (cuchillo) y se retira del lugar. 
9. Fierro se la pasaba matrereando de día, pero siempre sobre el rancho estaba para vigilar que la policía no lo agarre, y de noche buscaba una guarida para que no lo atrapen. Un día, se hallaba contemplando las estrellas y escucho ruido de caballos que se aproximaban. Era la policía que lo había venido a buscar por sus crímenes. Pero Fierro no quería entregarse y tuvieron que luchar. Un policía le disparo, pero erro el tiro, y el gaucho aprovecho y lo hirió a otro que estaba acomodando las boleadoras. Otros dos se le vinieron encima, pero con faconazos los mato. Luego un policía lo venía a atacar, pero Fierro le echo tierra a los ojos y le clavo el facón. En eso uno de los policías, llamado Cruz, les dijo a los otros que no era justo que le den muerte así a un valiente y se paso al lado del gaucho, con lo que la pelea se emparejo, y al venírsele dos encima los mato. Al ver esto, el resto de la policía escapo. Después se dirigieron a un rancho y se pusieron a beber
10. Cruz le empieza a contar su historia: habla del gaucho, y de su mujer; y le explica como conoció al Comandante. Este lo tenia de lado a lado y no le pagaba nada. A veces lo mandaba a hacer viajes largos. Pero en una ocasión, entro a su rancho y lo encontró abrazando a su china. Este, por el temor, saco su espada y se le vino encima a Cruz. Le tiro un espadazo, pero el ágil gaucho lo esquivo y golpeo al Comandante. Pero en eso entro un hombre del comandante, y le disparo pero no acertó, y Cruz se le acerco y lo mato de un taconazo. Luego agarro sus ponchos y sus prendas y se fue para siempre del rancho
11. Luego supo Cruz que había una milonga por la zona y allí fue. Se puso a bailar, pero el guitarrero lo ofende con una payada y Cruz de un faconazo le corta todas las cuerdas de la guitarra. Un gringo con fusil acudió en defensa del cantor entonces Cruz se vio obligado a salir. De adentro de la pulpería salió el guitarrero y se puso a pelear con Cruz, pero este con un corte lo dejo en el piso. Monto su bagual y se largo a los campos. 
12. Un día lo llamo el juez a Cruz y le propuso que se hiciera soldado de policía. Así obtuvo el cargo de sargento, pero como a él no le gustaba andar con el revólver en la cintura y por haber prestado ayuda a Fierro que no lo iba abandonar, decide dejar la policía y seguir como matrero
13. Luego se retiran del rancho y mientras van cabalgando, Fierro alaba las creaciones de Dios, en especial la mayor que le dio al hombre que es una lengua que habla. Luego deciden ir a tierras indígenas, al lugar donde estaban los caciques, pues estos trataban a los cristianos que iban por su gusto de "hermanos". Y hacia esas tierras partieron porque allí iban a tener más seguridad y pasarían menos males. Cruz y Fierro, arriando su tropilla cruzaron la frontera. Y cuando la habían pasado Cruz le dijo a Fierro que mirar a su pueblo, y a este dos lágrimas le rodaron por la cara. Siguieron su rumbo y entraron al desierto. El relator concluye diciendo que no sabe si se habrán muerto y que él ha relatado a su modo: "Males que conocen todos, pero naides canto" 

-SEGUNDA PARTE-
14. El relator pide silencio porque va a demostrar que a su historia le faltaba lo mejor. El explica que uno viene como dormido cuando vuelve del desierto, que había recibido la facultad para el canto y que tanto el pobre como el rico le han de dar la razón.
15. Fierro, tristemente, va recordando a su familia y a su pago, y en ocasiones se tira entre los yuyos a llorar por ellos. Recuerda también que se dirige al desierto con Cruz, y llegaron a unos toldos de salvajes. Cuando estos los vieron a Cruz y a Fierro se armo un tremendo alboroto y los rodearon. Los gauchos pensaron que morirían, pero en eso llego un indio que les dijo que su salvación se la debían a un cacique, y que ellos iban a quedar cautivos. Como el indio era muy desconfiado, los pusieron separados bajo vigilancia
16. Fierro no pudo hablar con Cruz por dos años, pues recién al cabo de ese tiempo el cacique los dejo vivir juntos, y estos se fueron a la orilla de un pajal. Como el alimento no abundaba por más empeño que se hiciera, semejante ejercicio hacia diestro al cazador, que tenía que comer cualquier animal. 
17, Fierro explica que antes de aclarar el día, el indio empieza a aturdir la pampa con su rugir, y a veces, sin que él y Cruz sintieran nada se largaban a invadir. Cuenta que para realizar el malón, se procuran los mejores caballos y van con lanza sola, varios pares de bolas y nada más, para no fatigar al caballo. Es cruel el indio y odia al cristiano. El peso del trabajo lo dejan a sus mujeres, pues ellos son ladrones, pero viven en miseria que causa horror. 
18. Cuando la invasión regresa, los indios traen miles de cabezas de vacas y yeguas y negocios enteros que han saqueado. Luego se reparten el botín con igualdad y cada indio va a su toldo. Cuando el hombre es más salvaje, trata peor a su mujer. La mujer pronta esta para servir a un desgraciado, pero tiene corazón de madre. El indio no tiene cariño a nadie ni sabe lo que es amar, y eso se refleja cuando matan a sus mujeres sin tener compasión. 
19. Paso el tiempo y ellos seguían solitarios. De los indios sanguinarios no tenían que esperar, aunque el que los salvo cuando llegaron era más hospitalario. Este les regalo dos caballos y a veces los fue a ver, aunque Fierro deseaba que jamás lo hubiera salvado. Al cabo de un tiempo, apareció la viruela negra y empezaron a morir los salvajes. Cruz y Fierro, por esto, tenían ganas de volver a sus pagos, pero como el indio que los salvo enfermo, decidieron ir a su lado a cuidarlo. Pero murió a los pocos días y Cruz también enfermo, muy grave, y antes de morir le pidió a Fierro que si volvía, busque a su hijo. Tuvo un terrible desmayo y murió. 
20. Fierro sepulto a su amigo y humedeció aquel terreno con su llanto. Escuchaba a cada rato a Cruz que lo llamaba, y no encontraba consuelo que ir al suelo al lado de su sepultura. Allí pasaba las horas pensando en su mujer, sus hijos, su pago y su amigo. Como escucho unos quejidos se aproximo a ver que era y descubrió que era una cristiana llena de sangre que un indio había herido con su rebenque. 
21. Supo después que ella llevo una comitiva de indios pampas a su partido, mataron a su marido y se la llevaron cautiva. Tenía un hijito a su lado. Cuando estos crecían, los indios lo vendían o los cambiaban por potros. Ella trabajaba para una india, pero un día la hermana de esta falleció y le echaron la culpa a ella por brujería. El indio la saco al campo y la obligo a que confiese su brujería, pero como la cautiva no dijo nada, degolló a su hijo. 
22. De ella habían sido los lamentos que Fierro escucho. Cuando el indio lo vio saco sus boleadoras y el gaucho su facón. Se miraban mutuamente, desconfiando uno del otro, hasta que el salvaje se le vino encima y le tiro las boleadoras, que solo rozaron a Fierro, quien le tiro una puñalada, pero el indio la esquivo, y el gaucho se enredo con el chiripa (poncho colocado en forma de pañal y prendido con alfileres ceñido con la faja y a veces el tirador o rastra, que utilizaba el aborigen y el gaucho) y cayo. El indio se le puso encima y cuando le estaba por pegar, la mujer lo empujo quitándoselo de encima a Fierro. Siguen peleando pero el indio se resbala con el cuerpo del chiquito degollado y cae, y el gaucho aprovecha para hacerle un tajo y luego otro con el que lo mata. 
23. Se subieron, Fierro y la cautiva, a los caballos y se fueron del lugar. Luego describe la forma en que los salvajes domaban potros. Decidió ir sin rumbo. Varias veces no comieron o comieron carne cruda, y en otras con raíces se mantuvieron. Hasta que, después de mucho sufrir, alcanzaron a divisar una sierra y luego se dirigieron a una estancia, en donde se despidió de su compañera. 
24. Al acercarse a otra estancia, se encontró con un viejo amigo. Este le conto que el juez que lo buscaba ya había muerto; le dice que ya todos sus crímenes habían quedado en el olvido y que el gobierno no lo buscaba. Fierro reflexiona que por culpa del Juez había perdido diez años, que no son pocos para quien ya llega a viejo. Se entero que había una carrera de estancieros y se fue para ahí. Estos, después de reconocerlo le contaron que su mujer había muerto en la miseria. Y mientras tomaba unos tragos se consoló al encontrarse con sus dos únicos hijos que le cuentan sus historias. 
25. HIJO MAYOR: LA PENITENCIARIA: Cuenta su soledad y la pobreza en la que vivía. Trabajo como peón con un patrón que hacia su vida un calvario. Pero un día mataron a un boyero y lo culparon a él sin tener nada que ver, y el y dos más fueron a la cárcel. En tal terrible soledad, oye el latido de su pecho y piensa en su madre, padre y hermano. Cuenta que por más fuerte que sea el hombre, también sufre, gime, llora y calla metido en aquel infierno. Lamentaba también el no haber aprendido a leer, y sufrió mucho al ver que a otros presos los visitaban sus familias y a él nadie. En la cárcel no se permitía hablar, ni matear, ni cantar, ni fumar. Luego les pide que guarden en su memoria lo que les acaba de decir, pues sino tendrán que sufrir mucho si no creen en su verdad. 
26. HIJO MENOR: Cuenta que vivió diez años entre extraños, hasta que lo encontró una tía que le dio todo (cuidado, cariño, etc.) y lo nombro heredero de los bienes que tenia. Al fallecer la vieja, heredo todo, pero como era menor el Juez le confisco la herencia hasta que sea mayor. Le nombro un tutor y paso al cuidado de este. 
27. El juez trajo a un viejo medio cimarrón (salvaje), muy renegado y muy ladrón que lo llamaban Vizcacha. Andaba rodeado de perros que eran todo su placer. Carneaba noche a noche alguna res (vaca, chancho, etc.) en el pago dejando allí el rezago, alzaba en ancas el cuero, que se lo vendía a un pulpero por yerba, tabaco y trago. Le tenía rabia a las vizcachas. -"Cuando el juez me lo nombro tutor me dijo que era un señor, me iba a enseñar a trabajar y darme la educación, pero en realidad era todo lo contrario. Vizcacha, según un amigo mío, mato a su mujer de un palazo porque le dio un mate frio. Soñaba siempre con ella y decía que ella desde el mismo infierno lo estaba llamando a gritos."- 
28. -"Solo me aconsejaba cuando estaba borracho."- Le decía que se haga amigo del juez y nunca le lleve la contra; que nadie le tenga envidia; y que si buscaba vivir tranquilo que no se case. Le aconseja que sea necesario llevar armas. Luego de estos consejos se quedaba dormido por la borrachera. 
29. -"El viejo vizcacha cayó enfermo y empeoraba. Entonces le traje una curandera a ver si mejoraba. Al verlo dijo que tenía un tubérculo y no le dio mucho tiempo de vida. Vizcacha le pedía a gritos al diablo, que se lo llevara al infierno. Cuando ya no pudo hablar más, le ate una campana en la mano. Pero al poco tiempo falleció."- 
30. -"Cuando lo vi muerto, le cobre un miedo terrible. Llame al alcalde y a tres o cuatro de sus vecinos. Los vecinos le pedían a Dios que le perdone todo lo que había hecho. Sus amigos comienzan a contar las maldades que hacía, como escupir asados ajenos. Esta costumbre se la quito un mulato desertor que le llamaban barullo, quien una noche, luego de escupir el asado Vizcacha, le largo una puñalada, pero el viejo gano la puerta y se fue."- Luego el alcalde comenzó a registrar la casa. Encontró lazos, cabrestos, coyundas, maniadores, una punta de arreadores, cinchones, maneas, torzales, una porción de bozales, un montón de tiradores, y unas cuantas cosas más. Pero las personas allí presentes empezaron a reconocer cosas, supuestamente suyas, y a llevárselas. Cuando se fueron todos, el juez le dijo al huérfano que "el iba a ser el heredero y el que se haría cargo de todo", aunque lo que había quedado eran todas porquerías. 
31. -"Al verme solo con el finado (muerto) y los perros me puse a llorar a gritos. Me saque el escapulario y se lo colgué a mi tutor. Mientras tanto, los perros, para aumentar mi miedo y mi tormento, se pusieron a llorar. Agarre lo que era mío y me fui. Después me entere que esa tarde vino un peón y lo enterró. Pero al otro día amaneció con una mano afuera, y según el enterrador, que se la había comido un perro. Por mucho tiempo no pude saber lo que me pasaba. Todas las noches soñaba con viejos, perros y guascas (látigos)."- 
32, -"No volví por lo del juez, por miedo a que me nombre a otro tutor. El juez me había prometido que cuidaría de mis cosas hasta que tenga 30 años y sea mayor de edad. Viví por ahí y fui víctima del más desdichado amor con una viuda. Fui a ver a un adivino para ver si me curaba de todos esos males que me habían ocurrido, y me dijo que me habían hecho daño en un mate y me habían querido embrujar, y me paso una pluma de avestruz. Me dijo que la causante de esto había sido la viuda y que probara una receta, pero esta no curo mis males. Me dio otra pero tampoco funciono. Finalmente me dijo que le corte tres motas a un negro y que las hirviera en leche. Pero como ninguna funciono, me fui a ver al cura y este me dijo que la viuda no se podía casar porque se lo había prometido a su marido moribundo, y que entonces me aleje de la mujer. Pero el cura le dijo al juez que yo era un cabeza dura y no tenia compostura, y este me echo a la frontera"- 
33. Martin Fierro y sus dos hijos festejaban el reencuentro. En ese momento, vino un mozo forastero que venía de la frontera y les pidió la bendición. Les dijo que el nombre de Picardía era lo único que llevaba y para contar su historia a todos les pedía licencia, diciéndoles que enseguida iban a saber quién era. La gente se puso atenta y Picardía comenzó a cantar. 
34. PICARDIA: -" Me quede huérfano y no pude conocer a mi padre, siendo mi madre Inocencia me llamaban Picardía. Primero me llevo a su lado un hombre para cuidar las ovejas, pero todo el día eran quejas y guascazos. Luego me fui a Santa Fe buscando mejores fines, pero también me fue mal. Ya pensaba en volverme, cuando salieron unas tías que quisieron recogerme. Ellas se pasaban el día rezando, y luego me obligaron a mí. Yo rezaba sin dificultad todo el día pero a la noche no podía. Por culpa de una morena que me hacia tentar, rezaba pero me equivocaba. Y un día me aburrí de esos enriados y me fui."- 
35. -"Anduve, siendo pobre, de lado a lado. Pero cuando empecé a ganar plata, me tuve que volver. Cuando vine me enrolaron en la Guardia Nacional. Comenzó a trabajar en combinación con el dueño de una fonda (especie de hotel-casino), jugando cartas y peleando a la gente. Hacia trampas así los clientes se entusiasmaban o se ponían nerviosos y jugaban más. Como hacia trampa con arte y no me descubrían lo hacía en todos los juegos."- 
 36. -" Un día, un vendedor ambulante napolitano se vino a jugar haciéndose el chiquito para sacarme ventaja, pero perdió todo, y se puso a llorar mientras yo me llevaba toda su mercadería. Seguí ganando, hasta que se presento un Oficial de Partida, que era ñato (de nariz chata), que me exigió que pagara una multa porque el juego estaba prohibido y que me iba a llevar al cuartel. Dos veces nos encontramos y dos veces lo insulte. Todo se complico, cuando intente conquistar a la mujer que le gustaba al ñato, y ahí se me declaro enemigo."- 
37. -"Me escape de él en muchas oportunidades, hasta que me agarro en las elecciones, y me quiso obligar a votar por quien quería el Comité. Pero le dije que "Respeto al que me respeta, pero el naipe y la boleta nadie me la ha de tocar". En ese momento cayo la policía y fui a parar al cepo por no querer pelear."- 
38. A los pocos días, hicieron citar la gente para reunir un contingente y mandar a la frontera. La mayoría eran los que no habían votado por el que la Partida quería. Llego el Comandante y comenzó a explicarles uno por uno porque los mandarían a la frontera. Luego empezaron a acumularse más personas, y aunque sus familias lloraran y pidieran compasión, era inútil.
39. -"Luego llego mi turno y estaba asustado. El comandante me decía que era un jugador, un vago un picaflor, y que había de ser un bandido como mi padre, a pesar de que no lo conocía. Me empeñe en averiguarlo, y me entere que era el guapo sargento Cruz. Yo conocía bien su historia y jure tener enmienda. Todo conseguí olvidar, pero el nombre de Picardía no me lo pude quitar."- 
40. -"Serví en la frontera en un cuerpo de milicia, por culpa de un ñato. Pero allí trabajaba y se hacía sacrificio, y no pagaban nada ni daban ropa. El comisario cuando venía con la paga, por "mala suerte" esta era del contingente anterior. Cuando se cansaban de alguno de nosotros, lo largaban sin ropa ni nada para que vuelva a su partido, sin darle ningún papel que acredite su servicio."- 
41. -"En la frontera lo pasaba como todos, pero cuando me eligieron asistente mejor, en cierto modo, supe hacerme lugar al lado del Ayudante. Este se la pasaba siempre leyendo porque quería recibirse de fraile, era delicado, pero jamás lo vi disgustado. La gente lo aborrecía y lo llamaba "La Bruja", aunque lo único que hacía era recibir las raciones de víveres y de vicios. Pero los milicios decían que yo y la bruja los estábamos traicionando a todos con sus raciones. Esto no era cierto, porque nosotros los traíamos, pero lo recibía el comandante, que sacaba cuanto quería. Luego pasaba al oficial de semana, al sargento, al cabo y por ultimo recién al soldado, y cuando llegan a este ya casi no quedaba ración. El vestuario era otro infierno; si lo daban, llegaba en invierno el de verano, y en verano el de invierno. Por estas razones parece que el gaucho tiene algún pecado que pagar."- 
42. Esto canto Picardía y después guardo silencio. Mientras todos celebraban ese casual encuentro, llego también un moreno. Este presumía de cantor y se creía bueno, se sentó y le pego un rasgado a la guitarra desafiando a Martin Fierro. Este, que siempre se halla dispuesto, tomo la guitarra y los dos comenzaron a cantar. 
43. Fierro explica que el hombre debe mostrarse cuando llegue la ocasión, hace mal en que se niegue o en que se lo rueguen; y dice que hará gemir las cuerdas hasta que las velas no ardan. Cuenta que era costumbre del cantar las noches enteras. El moreno le dice que él es un pobre guitarrero y da gracias a Dios por poder cantar con alguien que lo experimenta a él. El negro cuenta que tenía nueve hermanos, que ha vivido libre sin depender de nadie, y que sabe mucho. Explica que si tiene alguna falta al cantar que se la perdonen y que se debe escuchar al cantor, aunque sea negro, por que aprenden todos. Fierro le replica que si la sabia tanto, que le diga cuál es el canto del cielo. El moreno le dice que Dios había creado a los hombres negros y blancos, pero que no hizo dos clases distintas, pues los negros pintaban al diablo blanco, y los blancos lo pintaban de negro. Continúa y explica que los cielos lloran y cantan hasta el mayor silencio. Fierro, por su parte, dice que los negros y los blancos tienen los mismos dolores, y que le relate el canto de la tierra. El moreno, a pesar de sus pocos conocimientos, lo explico bien, y entonces Fierro le pide el canto del mar, el de la noche, de donde nace el amor, y que explique qué entiende por ley. Como relata todas bien, Fierro le permite al moreno que le pregunte algo. El moreno, entonces le pregunta "¿Para qué fin el Eterno ha creado la cantidad?" Fierro le dice que Dios creó solo la unidad, y que el hombre aprendió a contar. Al ver que le contesto correctamente, el moreno le pregunta para que forme Dios la medida. Fierro le contesta que la medida la invento el hombre para el bien suyo, pues Dios no tenia que medir sino la vida del hombre. Luego el moreno le pide que le diga que significa el tiempo y el peso. Fierro se lo relata bien, y le dice que si quería aprender más cosas que se lo preguntara. El moreno le dice que ninguno debe abusar de la ignorancia de nadie, que es seguro que pierda un cantor de media talla contra otro de talla entera, que está deprimido y triste y que solo cantaría para buscar consuelo. Cuenta que de los diez hermanos solo quedan nueve, pues el primero murió a manos de un pendenciero, que jamás encontró. Dice finalmente que si en otra ocasión payan, cantaran sobre las muertes injustas que algunos hombres cometen. Fierro le responde que por fin se había callado, que el conoció a los morenos mas peleadores, y que él no busca peleas y que las contiendas no le gustan, pero ni las sombras lo asustan ni los bultos lo menean. 
44. Luego de las palabras, los presentes los separaron y Fierro, sus hijos y Picardía montaron y se dirigieron a la costa de un arroyo. Allí pasaron toda la noche, y al amanecer meditaron, y por su estado de pobreza decidieron separarse. Antes de hacer esto, Fierro les aconsejo. 
45. Fierro los empieza a aconsejar y le dice que estos concejos, que le ha costado adquirirlos, se los da porque desea dirigirlos, pero que su ciencia no alcanza para darles la prudencia que precisan para seguirlos
46. Luego se separaron todos, una para cada punto cardinal, pero hicieron una promesa: convinieron entre todos cambiarse el nombre. El relator explica que ha cumplido con su deber, pero todavía le quedan rollos por si se ofrece a dar lazo, que le permitan descansar porque en este punto (33 cantos) se planta; dice que recordemos estas palabras "En mi obra he de continuar hasta dárselas concluidas, si el ingenio o si la vida no me llegan a faltar", y que si algún día faltasen, los gauchos sentirán tristeza en el corazón y lo tendrán en su memoria para siempre. "Que nadie se ofenda si canto de este modo no es para mal de ninguno si no para bien de todos".  





Tema central: La desdicha del Martín Fierro. Justificación con cantos.

En el  canto III , el gaucho un pasado de felicidad en que tuvo un mundo constituido por: “hijos, hacienda y mujer”. Más no podía pedir. El orgullo de ver crecer a su lado y protegidos por él a sus queridos hijos; la satisfacción de poseer una hacienda que él había conquistado gracias a su esfuerzo, y por último la presencia integradora de esa mujer que el gaucho siempre recuerda con respeto. Pero todo eso termina, vinieron los padecimientos; injustamente lo mandaron a la frontera; hoy, presente, tan sólo se encuentra con una tapera que simboliza la destrucción de todo lo que más quiso.:

"Tuve en mi pago en un tiempo
hijos, hacienda y mujer,
pero empecé a padecer,
me echaron a la frontera.
¡Y que iba a hallar al volver!
Tan solo hallé la tapera."


Después de haber resumido en esa primera estrofa lo grande de su desgracia, comienza a hacernos la narración detallada de los acontecimientos que lo llevaron a la situación presente:

(canto III)
"Sosegao vivía en mi rancho
como el pájaro en su nido.
Allí mis hijos queridos
iban creciendo a mi lao...
Sólo queda al desgraciao
lamentar el bien perdido."


(canto III) :
"(...)la pucha que se trabaja
sin que le larguen ni un rial."


Pero no todo era trabajo agrícola; a veces luchaban contra los indios, lo hacían en condiciones deplorables: montaban en pelo, en oportunidades enancados y con lanzas de rústica construcción y también sin armas de fuego. La vida en la frontera le enseñó mucho a Fierro y también llegó a conocer la realidad de existir.
(canto VI) :
Ahora vuelve y allí está la tapera simbolizando su mundo destruido. Y no puede soportar el dolor y surge en él la rebeldía:
"(...)Yo juré en esa ocasión
ser más malo que una fiera"



A Fierro se le ha mentido, se le ha robado y se le ha castigado de manera injusta; él no hace más que reaccionar ante los hechos. No puede contener las lágrimas y llora; es un llanto de hombre que manifiesta impotencia juntamente con dolor.


Siguiendo con el (canto VI) :
Un padre sufriente. Pero no es todo, su mujer lo ha traicionado, pero él no la acusa, sino que la justifica plenamente; ella no es más que otra de las afectadas por toda la situación de violencia. Fierro es noble de espíritu, que aún en medio de la aflicción sabe perdonar. Habla por última vez con su esposa, ella no lo escucha, pero él igual dice:

"Tal vez no te vuelva a ver,
prenda de mi corazón.
Dios te dé su protección
ya que no me la dio a mí.
Y a mis hijos donde aquí
les echo mi bendición."

Consejos de Martin Fierro a sus Hijos

Martin Fierro (Por Fontanarrosa)

El Martin Fierro recitado completo

RELACIONAR EL EPISODIO DEL MORENO DE LA 1RA Y 2DA PARTE CON EL CUENTO "EL FIN" DE BORGES

La relación que hay entre el episodio del Moreno con Martín Fierro y ''El fin'' de Jorge Luis Borges, es que ambos hablan de lo mismo pero con distintos finales. Es decir, a Borges se le ocurrió escribir un nuevo final para la discordia entre El moreno y Martín Fierro, por eso es que al cuento lo llama ''El fin''. En el poema, Martín Fierro renunciar a luchar contra El moreno, quien era el hermano de El negro, un hombre al que Fierro había asesinado años atrás sin razón. Martín Fierro no quiere luchar ya que no quiere matar a nadie mas.  En cambio, en el relato de Borges, Martín Fierro luego de dar sabios consejos a sus hijos, decide ir a buscar al Moreno para terminar aquél asunto. Allí, en la pulpería, ambos sacan sus facones y comienzan a luchar, donde finalmente el vencedor es El Moreno.

DIFERENCIAS Y SIMILITUDES DE LOS CONSEJOS DE MARTIN FIERRO Y EL VIEJO VIZCACHA

Consejos de Martin Fierro
Consejos del Viejo Vizcacha
Un padre que da consejos 
Más que padre es un amigo, 
Ansí como tal les digo 
Que vivan con precaución- 
Naides sabe en qué rincón 
Se oculta el que es su enemigo. 

Yo nunca tuve otra escuela 
Que una vida desgraciada- 
No extrañen si en la jugada 
Alguna vez me equivoco- 
Pues ha de saber muy poco 
Aquél que no aprendió nada. 

Hay hombres que de su cencia 
Tienen la cabeza llena; 
Hay sabios de todas menas, 
Mas digo sin ser muy ducho: 
Es mejor que aprender mucho 
El aprender cosas buenas. 

No aprovechan los trabajos 
Si no han de enseñarnos nada- 
El hombre, de una mirada 
Todo ha de verlo al momento- 
El primer conocimiento 
Es conocer cuándo enfada. 

Su esperanza no la cifren 
Nunca en corazón alguno- 
En el mayor infortunio 
Pongan su confianza en Dios- 
De los hombres, sólo en uno, 
Con gran precaución en dos- 

Las faltas no tienen límites 
Como tienen los terrenos- 
Se encuentran en los más buenos, 
Y es justo que les prevenga;- 
Aquél que defectos tenga, 
Disimule los ajenos- 

Al que es amigo, jamás 
Lo dejen en la estacada, 
Pero no le pidan nada 
Ni lo aguarden todo de él- 
Siempre el amigo más fiel 
es una conducta honrada. 

Ni el miedo ni la codicia 
Es bueno que a uno le asalten- 
Ansí no se sobresalten 
por los bienes que perezcan, 
Al rico nunca le ofrezcan 
Y al pobre nunca le falten. 

Bien lo pasa hasta entre Pampas 
El que respeta a la gente- 
El hombre ha de ser prudente 
Para librarse de enojos- 
Cauteloso entre los flojos 
Moderado entre valientes. 

El trabajar es la ley 
Porque es preciso alquirir- 
No se expongan a sufrir 
Una triste situación- 
Sangra mucho el corazón 
Del que tiene que pedir. 

Debe trabajar el hombre 
Para ganarse su pan; 
Pues la miseria en su afán 
De perseguir de mil modos- 
Llama en la puerta de todos 
Y entra en la del haragán. 

A ningún hombre amenacen 
Porque naides se acobarda- 
Poco en conocerlo tarda 
Quien amenaza imprudente- 
Que hay un peligro presente 
Y otro peligro que aguarda. 

Para vencer un peligro, 
Salvar de cuelquier abismo, 
Por experiencia lo afirmo, 
Más que el sable y que la lanza- 
Suele servir la confianza 
Que el hombre tiene en sí mismo. 

Nace el hombre con la astucia 
Que ha de servirle de guía- 
Sin ella sucumbiría, 
Pero sigún mi esperiencia- 
Se vuelve en unos prudencia 
Y en los otros picardía. 

Aprovecha la ocasión 
El hombre que es diligente- 
Y téngalo bien presente, 
Si al compararla no yerro- 
La ocasión es como el fierro 
Se ha de machacar caliente. 

Muchas cosas pierde el hombre 
Que a veces las vuelve a hallar- 
Pero les debo enseñar 
Y es bueno que lo recuerden- 
Si la vergüenza se pierde 
Jamás se vuelve a encontrar. 
Los hermanos sean unidos, 
Porque ésa es la ley primera. 
Tengan unión verdadera 
En cualquier tiempo que sea- 
Porque si entre ellos pelean 
Los devoran los de ajuera. 

Respeten a los ancianos, 
El burlarlos no es hazaña- 
Si andan entre gente estraña 
Deben ser muy precavidos- 
Pues por igual es tenido 
Quien con malos se acompaña. 

La cigüeña cuando es vieja 
Pierde la vista, -y procurar 
Cuidarla en su edad madura 
Todas sus hijas pequeñas- 
Apriendan de las cigüeñas 
Este ejemplo de ternura. 

Si les hacen una ofensa, 
Aunque la echen en olvido, 
Vivan siempre prevenidos; 
Pues ciertamente sucede- 
Que hablará muy mal de ustedes 
Aquel que los ha ofendido. 

El que obedeciendo vive 
Nunca tiene suerte blanda- 
Mas con su soberbia agranda 
El rigor en que padece- 
Obedezca el que obedece 
Y será bueno el que manda. 

Procuren de no perder 
Ni el tiempo ni la vergüenza- 
Como todo hombre que piensa 
Proceder siempre con juicio- 
Y sepan que ningún vicio 
Acaba donde comienza. 

Ave de pico encorvado 
Le tiene al robo afición- 
Pero el hombre de razón 
No roba jamás un cobre- 
Pues no es vergüenza ser pobre 
Y es vergüenza ser ladrón. 

El hombre no mate al hombre 
Ni pelee por fantasía- 
Tiene en la desgracia mía 
Un espejo en qué mirarse- 
Saber el hombre guardarse 
Es la gran sabiduría. 

La sangre que se redama 
No se olvida hasta la muerte- 
La impresión es de tal suerte, 
Que a mi pesar no lo niego- 
Cai como gotas de fuego 
En el alma del que la vierte. 

Es siempre en toda ocasión 
El trago el pior enemigo- 
Con cariño se los digo, 
Recuérdenlo con cuidado- 
Aquél que ofende embriagado 
Merece doble castigo-. 

Si se arma algún revolutis 
Siempre han de ser los primeros- 
No se muestren altaneros 
Aunque la razón les sobre- 
En la barba de los pobres 
Aprienden pa ser barberos. 

Si entriegan su corazón 
A alguna mujer querida, 
No le hagan una partida 
Que la ofienda a la mujer- 
Siempre los ha de perder 
Una mujer ofendida. 

Procuren si son cantores, 
El cantar con sentimiento, 
Ni tiemplen el instrumento 
Por sólo el gusto de hablar- 
Y acostúmbrense a cantar 
En cosas de jundamento. 

Y les doy estos consejos 
Que me han costado alquirirlos, 
Porque deseo dirijirlos, 
Pero no alcanza mi cencia- 
Hasta darles la prudencia 
Que precisan pa seguirlos. 

Estas cosas y otras muchas, 
Medité en mis soledades- 
Sepan que no hay falsedades 
Ni error en estos consejos- 
Es de la boca del viejo 
De ande salen las verdades. 
Siempre andaba retobao, 
Con ninguno solía hablar- 
Se divertía en escarbar 
Y hacer marcas con el dedo 
Y cuando se ponía en pedo 
Me empezaba a aconsejar- 

Me parece que lo veo 
con su poncho calamaco- 
después de echar un buen taco 
Ansí principiaba a hablar: 
"Jamás llegués a parar 
Ande veas perros flacos". 

"El primer cuidao del hombre 
es defender el pellejo- 
Llevate de mi consejo, 
Fijate bien lo que hablo: 
El diablo sabe por diablo 
Pero más sabe por viejo". 

"Hacete amigo del Juez 
-No le dés de qué quejarse;- 
Y cuando quiera enojarse 
Vos te debés encojer, 
Pues siempre es güeno tener 
Palenque ande ir a rascarse". 

"Nunca le llevés la contra 
Porque él manda la gavilla- 
Allí sentao en su silla 
Ningün güey le sale bravo- 
A uno le da con el clavo 
y a otro con la cantramilla". 

"El hombre, hasta el más soberbio, 
Con más espinas que un tala, 
Aflueja andando en la mala 
Y es blando como manteca, 
Hasta la hacienda baguala 
Cai al jagüel con la seca". 

"No andés cambiando de cueva, 
Hacé las que hace el ratön- 
Conservate en el rincón 
En que empezó tu existencia- 
Vaca que cambia querencia 
Se atrasa en la parición". 

Y menudiando los tragos 
Aquel viejo como cerro- 
"No olvidés, me decía, Fierro 
Que el hombre no debe creer, 
En lágrimas de mujer 
Ni en la renguera del perro". 

"No te debés afligir 
Aunque el mundo se desplome- 
Lo que más precisa el hombre, 
Tener, según yo discurro, 
Es la memoria del burro 
Que nunca olvida ande come". 

"Dejá que caliente el horno 
El dueño del amasijo- 
Lo que es yo, nunca me aflijo 
Y a todito me hago el sordo- 
El cerdo vive tan gordo 
Y se come hasta los hijos". 

"El zorro que ya es corrido 
Dende lejos la olfatea- 
No se apure quien desea 
Hacer lo que le aproveche- 
La vaca que más rumea 
Es la que da mejor leche". 

"El que gana su comida 
Bueno es que en silencio coma 
Ansina, vos ni por broma- 
Quieras llamar la atención_ 
Nunca escapa el cimarrón 
Si dispara por la loma". 

"Yo voy donde me conviene 
Y jamás me descarrío, 
Llevate el ejemplo mío, 
Y llenarás la barriga; 
Aprendé de las hormigas, 
No van a un noque vacío". 

"A naides tengas envidia, 
Es muy triste el envidiar, 
Cuando veas a otro ganar 
A estorbarlo no te metas- 
Cada lechón en su teta 
Es el modo de mamar". 

"Ansí se alimentan muchos 
Mientras los pobres lo pagan- 
Como el cordero hay quien lo haga 
En la puntita, no niego_ 
Pero otros como el borrego 
Toda entera se la tragan". 

"Si buscás vivir tranquilo 
Dedicate a solteriar- 
Mas si te querés casar, 
Con esta alvertencia sea, 
Que es muy difícil guardar 
Prenda que otros codicean". 

"Es un bicho la mujer 
Que yo aquí no lo destapo,- 
Siempre quiere al hombre guapo, 
Mas fijate en la elección; 
Porque tiene el corazón 
Como barriga de sapo". 

Y gangoso por la tranca 
Me solía decir,:"Potrillo, 
Recién te apunta el colmillo, 
Mas te lo dice un toruno, 
No dejés que hombre ninguno 
Te gane el lao del cuchillo". 

"Las armas son necesarias 
Pero naides sabe cuándo; 
Ansina si andás pasiando, 
Y de noche, sobre todo, 
Debés llevarlo de modo 
Que al salir, salga cortando". 

"Los que no saben guardar 
Son pobres aunque trabajen- 
Nunca por más que se atajen 
Se librarán del cimbrón.- 
Al que nace barrigón 
Es al ñudo que lo fajen". 

"Donde los vientos me llevan 
Allí estoy como en mi centro- 
Cuando una tristeza encuentro 
Tomo un trago pa alegrarme; 
A mí me gusta mojarme 
Por ajuera y por adentro". 

"Vos sos pollo, y te convienen 
Toditas estas razones, 
Mis consejos y lecciones 
No echés nunca en el olvido- 
En las riñas he aprendido 
A no peliar sin puyones". 

Con estos consejos y otros 
Que yo en mi memoria encierro, 
Y que aquí no desentierro 
Educándome seguía- 
Hasta que al fin se dormía 
Mesturao entre los perros. 


Diferencias y similitudes de los consejos de Martin Fierro y El viejo Vizcacha
Martin Fierro y el viejo Vizcacha son dos personas solas, con la diferencia que Vizcacha es la figura del antihéroe. Martin Fierro es la figura del héroe, es un hombre solitario y nómada que no asume compromisos con e pasado ni el futuro. Considera que al hombre lo caracteriza el sufrimiento, constantemente es perseguido por una sensación de desamparo ya que en esa época, ser gaucho está mal visto.  Al principio, Martin Fierro se muestra orgulloso, marginado e individualista, luego acepta con más respeto las leyes y normas, e intenta integrarse en la sociedad de nuevo. En cambio, Vizcacha tiene principios basados en ser avaro, egoísta y actuar por conveniencia propia.
Vizcacha tiene una filosofía de vida negativa, no es padre, ni esposo, no es amigo. Es moralmente negativo. Su único objeto sacar provecho, ventajas materiales. No llama la atención, no va por donde no le conviene, no cambia de vivienda. 
Los consejos de Fierro son todo lo contrario. Aconseja a sus hijos sobre la base del sentido moral común, no de su experiencia, a la que deja un poco de lado para poder otorgarles una buena educación a sus hijos y que ellos hagan lo correcto.
En los consejos de ambos se pueden apreciar los siguientes temas:

La mujer
Vizcacha tiene ciertos prejuicios respecto a la mujer, ya que en sus consejos dice
Es un bicho la mujer
que yo aquí no lo destapo;
siempre quiere al hombre guapo,
más fijate en la elección;
porque tiene el corazón
como barriga de sapo.”
La ve como una traidora, que engañarà al hombre.
M. Fierro respeta a la mujer pero nos da a entender que nunca hay que ofender a  una mujer.

El conocimiento
El Viejo Vizcacha sugiere cuidar el propio pelllejo, por experiencias propias, deberá guardar sus consejos.
Martin Fierro dice que aprendió de su vida desgraciada, que es mejor aprender cosas buenas que aprender mucho.
Coinciden en que la experiencia que dan los años es la mejor fuente de conocimiento.

La amistad:
El viejo Vizcacha dice que lo conveniente es ser amigo de un poderoso, ya que podríamos obtener beneficios de èl. En cambio, Martin Fierro cree en la amistad verdadera, que da todo y no espera nada a cambio:
 Al que es amigo, jamás
lo dejen en la estacada;
pero no le pidan nada
ni lo aguarden todo de él:
siempre el amigo más fiel
es una conducta honrada”

Las formas de ganarse la vida:
"la miseria llama en la puerta de todos pero entra en la del holgazán"

Martin Fierro es un hombre trabajador, que ve al trabajo como una forma de dignificación, en cambio Vizcacha es holgazán y ve a la picardia como una forma de sobrevivir.

La confianza:
Estos consejos que dan son dados por la experiencia propia que ambos han vivido. Los dos no confían en nadie, Martin Fierro dice que únicamente pongan su confianza en Dios.